Economía
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Compartir en vez de poseer

¿Son necesarios tantos coches en el planeta cuando la mayoría están aparcados la mayor parte del tiempo? ¿Y un taladro en cada casa que solo usamos una vez al año?

Desde nuestra infancia nos inculcan que debemos tener un buen trabajo que nos permita comprarnos una casa completamente equipada (que no te falte ni el taladro), un coche por persona (para ganar independencia) y decenas de bienes y servicios iguales para todos, procedentes de grandes compañías que poco o nada se adaptan a nuestra necesidad o consumo real. Nos educan en lo bueno que es compartir, y si recibes educación religiosa se vuelve en un acto obligatorio, pero también nos dicen que no nos fiemos de nadie ¿Cómo vas a meter a un desconocido en tu casa o a prestar tu coche?

En la juventud, cuando disponemos de pocos recursos y de mucha demanda de servicios, surge el ingenio, y sin que nadie le hubiera puesto nombre aparece la economía colaborativa. Comprar cosas a medias, hospedarte en hostales con diez personas más en tu habitación, compartir coche con una persona que acabas de conocer apenas hace unos días y que va a tu misma clase… y no seamos tan inocentes, también surgen fenómenos desagradables como los botellones.

Descubre las ventajas de la nueva economía colaborativa

Ya de adultos, con trabajo, pagando impuestos y haciéndote cargo de una familia aparece la necesidad de tener seguridad. Los hospedajes en hoteles, lo traslados en taxi, los préstamos a los bancos y para un agujero al año en alguna pared, el taladro que aún no has estrenado y tienes guardado. Y claro, que nadie juegue con lo que tanto nos ha costado ganar. Y por un extraño caso de empatía con otros currantes, le decimos a nuestros hijos que devuelvan ese videojuego a su dueño que lo rompen, que ya le compraremos uno.

No pretendo engañarte, soy un defensor del capitalismo y la propiedad privada, como única manera de generar riqueza y bienestar social, pero el daño medioambiental que genera el consumo desmedido y la dificultad para acceder a bienes y servicios, creciente a raíz de la crisis, nos obligan a cambiar de mentalidad. No hay que imponer, generando leyes que limiten libertades para modificar pautas de consumo, en absoluto. Se trata de educar.

Ahora disponemos de herramientas que nos permiten ser mucho más eficientes económicamente. Son herramientas basadas en redes sociales, en la hiperconectividad, en reputación on-line, en la instantaneidad de las comunicaciones…, basadas a partir de web 2.0, smartphones, apps… Consumo colaborativo

Varios ejemplos:

  • Intercambio de ropa: ThredUP.
  • Coches compartidos: Zipcar, Lyft, Getaround, Uber.
  • Préstamos económicos: LendingClub.
  • Alojamiento de viajeros: Hipmunk, Airbnb.
  • Trueque de comida: Compartoplato, Shareyourmeal.
  • ‘Crowdfunding’ o micromecenazgo: KickStarter, Verkami.

El concepto de “economía colaborativa” lo acuñó Ray Algar en el artículo del mismo título publicado en el boletín Leisure Report de abril de 2007. Aunque el término “consumo colaborativo” comenzó a popularizarse en 2010 cuando Rachel Botsman, ofreció una charla sobre consumo colaborativo en la conferencia TEDxSydney, en la que expuso cómo el acceso a bienes y servicios sin ser necesaria la propiedad de los mismos. Este concepto evoluciona con el tiempo y también surgen nuevas definiciones como intercambio sin que medie un intermediario –como el caso de las criptomonedas que no necesita de bancos- .

El problema de esta nueva economía (según la revista Time es una de las ideas que revolucionarán el mundo) es el marco legislativo que no ha sido capaz de evolucionar tan rápido, creando enormes vacíos legales. Algunos ejemplos:

  • En el alquiler de coches entre particulares, si hay un accidente, ¿quién se hace cargo? ¿el seguro del propietario o el seguro de la plataforma por medio de la cuál se alquiló y que se lleva comisiones?
  • Si tienes un piso y lo anuncias en una plataforma on-line debes saber que cada comunidad autónoma tiene diferentes regulaciones. ¿Sabes que  en Madrid está prohibido alquilar menos de 5 noches, en Valencia tienes que inscribirte en un listado de propiedades para alquiler vacacional o en Canarias no está permitido este tipo de alquiler dentro de zonas turísticas?
  • El mecenazgo desgrava, pero han surgido distintos tipos de crowdfundind como el de inversión ¿No se debería adaptar la norma? Pues poco tiene que ver una donación, con una microinversión o una reserva de un bien con recompensa.

Economía colaborativaLas grandes hoteleras, las asociaciones del taxi, muchos bancos… han puesto el grito en el cielo, y han preferido el inmovilismo mediante denuncias de intrusismo profesional o haciendo lobby para crear leyes restrictivas, antes que adaptarse al mercado y a las nuevas necesidades de la población, generando controversia y en muchos casos acusaciones de todo tipo para generar miedo. Pero la economía colaborativa es algo que ya no se puede parar. En España ya hay más de 400 empresas que prestan servicios de lo más variado basado en esta filosofía y todos tendremos que adaptarnos. Ya en algunos casos se ven avances impensables hace un tiempo, como bancos investigando sobre blockchain (la tecnología de las criptodivisas), startups para profesionales del taxi y hoteles e inmobiliarias ofreciendo habitaciones en plataformas de alquiler vacacional contra las que habían luchado tradicionalmente.

Para muchos, el consumo colaborativo es una respuesta a la ineficiencia del mundo. Recuerda lo que decía antes: los coches particulares pasan el 95% de su tiempo parados; en Estados Unidos hay 80 millones de taladradoras cuyos dueños solo las usan 13 minutos de media, y un motorista inglés malgasta 2.549 horas de su vida circulando por las calles en busca de aparcamiento.¿Hacen falta tantos coches? ¿Necesitamos esas taladradoras o perder ese tiempo? El 40% de los alimentos del planeta se desperdicia y en 2050 la Tierra alcanzará 9.000 millones de habitantes.

Estamos viviendo una época de cambios apasionantes y las nuevas tecnologías nos harán comportarnos y relacionarnos de maneras nunca antes imaginadas. Menos intermediarios, más eficiencia económica, servicios mucho más personalizados para cada necesidad…

Próximamente publicaré una serie de artículos económicos en los que hablaré de crowdfunding, bitcoin, alquiler vacacional y también sobre algo en lo que apenas me estoy iniciando y que deseo compartir experiencias, como los productos financieros derivados.

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